Recuerdo que un día, al despertar la mañana,
cuando el sol se asomaba por la cordillera,
con balde y banqueta se iba mi hermana
a ordeñar a la vaca... nuestra vaca lechera.
Su sombra le brinda un árbol frondoso,
se sienta mi hermana a empezar la faena,
y un becerro lindo, un becerro hermoso
embiste a mi hermana... ¡Señores, qué pena!
Observa la vaca que su hijo defiende
el dulce sustento de todos los dias,
le habla al becerro y éste comprende
que eso no ocurre sino algunos días.
Se acerca mi hermana algo temerosa,
la vaca le invita con tierna mirada
y ordeña mi hermana feliz y dichosa
porque el becerrito ya no le hace nada.
El tiempo ha pasado y aún llevo en mi mente
aquella mi infancia en los andes peruanos,
la tierna mirada vacuna presente,
la tierna mirada a los seres humanos.
- - - - - - - - - - - - - - -
Autor: Mariano Bequer.
Maracaibo, 30/07/04
cuando el sol se asomaba por la cordillera,
con balde y banqueta se iba mi hermana
a ordeñar a la vaca... nuestra vaca lechera.
Su sombra le brinda un árbol frondoso,
se sienta mi hermana a empezar la faena,
y un becerro lindo, un becerro hermoso
embiste a mi hermana... ¡Señores, qué pena!
Observa la vaca que su hijo defiende
el dulce sustento de todos los dias,
le habla al becerro y éste comprende
que eso no ocurre sino algunos días.
Se acerca mi hermana algo temerosa,
la vaca le invita con tierna mirada
y ordeña mi hermana feliz y dichosa
porque el becerrito ya no le hace nada.
El tiempo ha pasado y aún llevo en mi mente
aquella mi infancia en los andes peruanos,
la tierna mirada vacuna presente,
la tierna mirada a los seres humanos.
- - - - - - - - - - - - - - -
Autor: Mariano Bequer.
Maracaibo, 30/07/04
No hay comentarios:
Publicar un comentario