martes, 16 de octubre de 2007

TRES BESOS

Cuando en mi andar solariego,
vea en el camino yerto
un corazón solo y... casi muerto,
mi amor hacia él se volverá ciego.
Cuando del cielo la luz bendita
me llegue de tus ojos, "Pequeñita"
mi alma te ha de ver como azucena
y se apagarán los días de mi pena.
"Pequeñita", cuando el día que me aceptes llegue,
mi alma te dirá miles de rezos,
deja que desde ahora te entregue
todo mi amor reunido en Tres Besos:


El Primero te daré con la alegría
de sentirte solamente mía,
y dueña siempre de mi corazón.
Este beso te daré en la frente,
será un beso pausado... silente,
es el Beso de la Protección.
Beso limpio, amoroso y puro,
beso santo por el cual te juro
que daré a tu amor besos ufanos
y a tu cuerpo rodearán seguro,
cual castillo al que rodea un muro,
mis francas y amorosas manos.


El segundo te daré en la mano,
será éste un beso muy humano,
tomaré a tus manos con las mías
y al tiempo en que me sonrías
te daré mi Beso de Respeto.
Beso limpio de pecado alguno
como el beso de Júpiter a Juno,
como el del Quijote a Dulcinea,
beso en que me hinco ante mi dueña,
ante mi querida y dulce "Pequeña"
porque mi alma a tu alma desea.


El tercero por orden bendita
llegará a tus labios "Pequeñita"
labios que con cierto temor
me van contando tu vida,
labios que son mi guarida,
reciban mis Besos de Amor.
Son Tres Besos celestiales
son tres ansiadas señales
que te daré con fervor
para dejar en tu corazón marcados
estos tres besos llamados:
De Protección, de Respeto, y de Amor.
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Mariano Bequer.
El Callao, Junio de 1967

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